La principal novedad que presentaba este producto era su capacidad de resistir en gran medida la acción de elementos punzantes y cortantes, es decir, presentaba una muy buena resistencia. El primer nombre con el que fueron bautizadas fue el de "bolas Pezzi", y el primer uso que tuvieron dentro del mundo de la fisioterapia fue en el tratamiento de recién nacidos y bebés por parte de la fisioterapeuta británica, pero residente en Suiza, Mary Quinton. Años más tarde, la doctora suiza Susanne Klein-Vogelbach, directora de la Escuela de Terapia Física de Basilea, empezó a integrar este elemento dentro de la terapia física para el tratamiento del desarrollo neurológico en pacientes adultos con problemas médicos y ortopédicos.